La revolución de la información ha convertido a los medios de comunicación en una herramienta poderosa: una cuarta rama virtual del poder, cuya influencia sobre cada uno de nosotros, así como sobre el llamado inconsciente colectivo, difícilmente puede sobreestimarse.
Dado que desde principios del siglo XXI la velocidad de difusión de las noticias crece exponencialmente y la información es cada vez más accesible, surge también un efecto colateral: los flujos de desinformación y noticias falsas también aumentan, generando ruido informativo. que puede distorsionar la realidad accidental o intencionalmente.
Además, los medios de comunicación tienden en ocasiones no sólo a difundir hechos, sino también a interpretarlos en función de sus propios intereses o bajo la influencia de personas tendenciosas. Noticias comentadas como vemos en muchos informativos españoles; desde el mismo instante en que el o la presentadora comentan una noticia, deja de ser información y pasa a ser opinión.
La epidemia de covid, y la invasión de Ucrania ahora son claros indicadores de tales procesos: falsas noticias difundidas en mensajería instantánea y redes sociales, la gente saca conclusiones superficiales de titulares pegadizos y breves descripciones de las noticias, lo que lleva a más caos y pánico.
Por otro lado, la disponibilidad de información y la falta de un adecuado control de calidad pueden afectar gravemente a las empresas. Los artículos parciales, los hechos contradictorios, las imágenes escenificadas y las noticias falsas pueden tener un impacto negativo significativo en la reputación y, como resultado, en el rendimiento empresarial.
En general, el siglo XXI es la era de la posverdad. Y en el mundo de la posverdad, las emociones reemplazan a los hechos y las falsedades sustituyen a las noticias verdaderas, que a su vez forman una cierta realidad alternativa y deforman la percepción. En tales circunstancias, los hechos objetivos tienen menos influencia en la formación de la opinión pública que las creencias personales.
¿Qué podría pasar si se publicara una noticia falsa que tuviera un impacto en la reputación de la empresa y sus resultados financieros? Por lo tanto, surge la pregunta: ¿a qué factores e indicadores se debe prestar atención para obtener la información más confiable y minimizar la probabilidad de noticias falsas?.
Obviamente, las falsedades pueden ser diferentes. Por ejemplo, es poco probable que la noticia de que el Príncipe Harry y Meghan Markle se mudarán a Móstoles, publicada en un portal de noticias humorísticas, cause un daño grave a la reputación o de otro tipo a la familia real.
Al mismo tiempo, por ejemplo una noticia de que un banco suspende pagos, podría tener graves consecuencias a pesar de que se desmienta rápidamente. En este contexto, para mantener la mente sana y evitar engaños, es importante tener en cuenta la información de varias fuentes.
Después de todo, los medios no son solo un intermediario entre las noticias y el lector o el oyente, sino que interactúan con el negocio, que tiene otro objetivo importante de su existencia: generar ganancias.
Se pueden utilizar como fuentes de propaganda que brindan la oportunidad de transmitir un determinado punto de vista o, por el contrario, publicar historias en apoyo de los sentimientos populares de la audiencia objetivo.
Por eso es sumamente importante prestar atención a la posición de los medios y su reputación. La historia de la creación y desarrollo de los medios también juega un papel importante.
Si el medio ya ha estado involucrado en un escándalo reputacional o noticias falsas, entonces con cada publicación posterior de noticias controvertidas, el nivel de confianza en él cae. Así, cualquier material escrito por encargo causa pérdidas de reputación no sólo al objeto del encargo, sino también al ejecutante.
Además, un recurso propenso a publicar noticias amarillas sensacionalistas difícilmente puede ser una fuente confiable de información. Además de lo anterior, vale la pena prestar atención a la forma en que los medios presentan las noticias. Este es un indicador menos dramático pero muy importante de posible contenido falso.
Independientemente de la forma en que se presente la información (prensa, TV, Internet), los editores de noticias utilizan con mucho cuidado las palabras y eligen el ángulo desde el cual se cubren los hechos, ya que esto afecta directamente la percepción del lector, oyente o espectador de lo que está sucediendo.
La redacción de los títulos debe ser orientativa, así como los materiales gráficos como herramienta manipulativa que incita a la audiencia a elegir el punto de vista “correcto”. Igualmente importantes son los detalles, en particular la ortografía y errores sintácticos en los textos y más.
La identificación de información confiable y sus fuentes también es importante porque la conciencia pública está sujeta al fenómeno de una cascada de información disponible. Esta es la deformación cognitiva, en la que la confianza colectiva en algo o la creencia en algo se fortalece con cada mención o repetición de una determinada afirmación o hecho.