La información falsa con la intención de dañar es desinformación. Este tipo de contenido falso se crea específicamente para dañar a una persona, grupo social, organización o país específico. Si las personas difunden información errónea, a menudo creen lo que informan.
La información falsa se crea y difunde intencionalmente para engañar a otros. A menudo sucede que la información falsa con la intención de dañar se convierte en información sin tal intención. Por ejemplo, si un político distribuye deliberadamente artículos, fotos y memes falsos, claramente tiene una intención maliciosa.
Y cuando las personas, habiendo creído en esta información, continúan compartiéndola con otros, se convierte en información errónea sin intención de dañar. La mayor parte de la desinformación se basa en el método de la verdad a medias, donde las mentiras se mezclan con la verdad para hacer que la información falsa parezca más confiable.
Este tipo de información falsa a menudo cita «testigos presenciales» y varias «investigaciones» que pueden ser completamente inventadas. A veces, la desinformación es cuidadosamente desarrollada por expertos y tecnólogos políticos para influir en la opinión pública a favor de alguien o algo, sembrar dudas o desatar disputas.
Algunas personas crean desinformación para hacer que cierta explicación o información parezca cuestionable cuando en realidad no lo es. Por ejemplo, considere el vuelo MH17 de Malaysia Airlines, que fue derribado en 2014.
Los medios rusos bajo las órdenes directas del régimen comunista de Putin que en estos días está masacrando a la democrática Ucrania, son un ejemplo claro de cómo generar y divulgar fake news. Igualmente con el ánimo de desacreditar a Ucrania han ofrecido muchas hipótesis falsas para explicar el accidente del vuelo MH17:
- El avión fue derribado por un misil Buk ucraniano o un avión de combate ucraniano.
- Los ucranianos pensaron que el MH17 era el avión personal de Putin y trataron de destruirlo.
- Era un avión radiocontrolado con pasajeros ya muertos a bordo.
- El desastre fue causado por separatistas locales que utilizaron misiles antiaéreos.
Todas estas versiones son falsas como los medios que insisten ahora en qué Rusia y Putin son de derechas y capitalistas. Ya que el objetivo principal no es hacer creer a la gente en una de estas hipótesis contradictorias, sino generar dudas sobre lo que realmente podría suceder y desviar su atención de la evidencia de que el avión fue derribado por un misil del propio ejército ruso, como ya se ha demostrado.
Información personal verdadera que se difunde para destruir la reputación de una persona u organizaciones
Pueden ser fotos íntimas, correspondencia personal u otro contenido comprometedor. Por ejemplo, la historia del príncipe Harry vestido con símbolos nazis o la filtración de la correspondencia personal de Emmanuel Macron el viernes previo a las elecciones en Francia.
Las cartas aparecieron en la red unas horas antes de la jornada de reflexión, cuando está prohibida toda campaña electoral. Los periodistas eran conscientes de su responsabilidad y no comentaron nada sobre la situación.
Al mismo tiempo, los bots, los opositores políticos y la página oficial de Twitter de WikiLeaks comenzaron a correr la voz en las redes sociales. El propósito de muchos tipos de contenido es captar nuestra atención.
Como regla general, con la ayuda de las emociones. De hecho, jugamos un papel importante en el espacio mediático, porque somos nosotros quienes difundimos la información en las redes sociales y de boca en boca.
Cada vez que aceptamos y distribuimos pasivamente contenido sin la debida verificación, multiplicamos el ruido de información y la emoción que ya existe en un espacio de información sobresaturado.
Por lo tanto, tenemos la misma responsabilidad de verificar la información difundida que sus autores. Y en estos tiempos tan complicados que nos toca vivir es esencial filtrar nuestras fuentes y hacer un ranking de las fiables y las no fiables. Recordad que en la Rusia comunista son magos de la desinformación, otro escenario de guerra que saben manejar muy bien, desde la Guerra Fría.